Aprendizaje basado en proyectos: cuando el motor del aprendizaje es la curiosidad de los que aprenden

Una de las grandes preocupaciones de los docentes es cómo despertar la motivación en los estudiantes. En el aula tradicional, el profesor siente la presión de hacer él algo que despierte, que convoque a los estudiantes. Para esto, busca recursos novedosos: cambia los tonos de voz para que su exposición no sea monótona, prepara actividades para que los estudiantes respondan, entre otras propuestas. Pero no siempre funciona, aunque sabe que motivar a los estudiantes es clave para que se produzca el aprendizaje. Por eso, es necesario entender que la motivación no depende de lo que el docente puede hacer sino, por el contrario, de proponer situaciones que promuevan el hacer en los estudiantes. Eso es trabajar por proyectos: invitar a los que aprenden a hacerse preguntas y a resolverlas, colaborando en equipos, aprendiendo a negociar, a ser flexibles, a comunicar. Y luego de todo ese proceso, compartir con la comunidad educativa toda (otros cursos, padres, docentes) el resultado.

¿Cómo hacer que suceda? Con capacitación y acompañamiento, tanto a docentes como a equipos directivos, para que ellos también trabajen en equipo y puedan transformar el aula en un taller, un laboratorio de experimentación, un lugar donde chicos y grandes disfrutan aprendiendo juntos. La tecnología, que atraviesa todos los ámbitos de nuestras vidas, colabora en la resolución de estos problemas: tanto en el aporte de información como en la inclusión de programación y robótica para automatizar sistemas productivos, diseñar sistemas de riego, iluminar el barrio, etc.

Compartimos con ustedes la experiencia de una de las escuelas a las que Learning Team acompañó este año en este proceso.