Un buen docente puede cambiar para siempre la vida de un niño. Una escuela puede, sin dudas, cambiar la vida de una comunidad. Y para que esto ocurra, no necesitamos grandes laboratorios o lo último en tecnologías. Por supuesto que esto ayuda. Pero no es lo primero.
La pregunta no es ya qué enseñar o con qué sino cómo hacer que los estudiantes se involucren, se despierten y hasta se emocionen con lo que están aprendiendo. Y la respuesta es: invitándolos a hacer y a descubrir en sí mismos aquellas habilidades que les son propias.
Se trata de aprender a partir de un proyecto que funcione como motor y les permita a los estudiantes ( y a sus docentes) hacerse preguntas. Y, como nos decían los estudiantes que entrevistamos en el webinar: Hacer para aprender, trabajar en un proyecto también es equivocarse sin temor y aprender de ese error.
En abstracto puede parecer complejo, pero no lo es. Se trata de entusiasmarse junto con nuestros alumnos, y provocar aprendizajes que van mucho más allá de los contenidos de un ciclo, porque involucran otros aspectos: el trabajo en equipo, el análisis, la creatividad, el emprendedorismo. Y también, el autoconocimiento y la confianza en uno mismo, la autogestión y la cooperación. Aprendizajes para la vida.
El Ciclo de Encuentros virtuales: Pensar la educación del SXXI nos invita a encontrarnos con esas experiencias y a escuchar a los protagonistas contarnos cómo lo hacen.
Los invitamos a inscribirse en nuestro próximo encuentro: Ideas que inspiran, el 16 de junio, a las 18 hs. La participación es gratuita, pero con inscripción previa. Aquí dejamos la planilla para reservar el lugar.
Y si se perdieron: Hacer para aprender, no dejen de verlo en nuestro canal de You Tube.
¡Los esperamos!
