Aprender es un proceso personal y único. Para acompañar, motivar, guiar, impulsar ese aprendizaje es necesario establecer una relación con cada niño, niña y adolescente que aprende que respete sus características individuales y que promueva el desarrollo de su autonomía, su autoconocimiento, y su calidad de vida.
Este recorrido invita a pensar una escuela distinta, que prepare a los estudiantes para ser felices. Ciudadanos y ciudadanas de este siglo, capaces de intervenir y transformar las comunidades en las que viven.
